sábado, 15 de enero de 2011

Contradicciones

Un año después de correr la disparatada “Corre por una Sonrisa”, volvemos a Tres Cantos para participar en esta ocasión en la Vuelta Pedestre a Tres Cantos. La distancia -15km-, a caballo entre el diez mil y la media, permite tomarse la confianza de salir a un ritmo ligero a riesgo de pinchar más allá del km 10.

Carrera nefasta en cuanto a sensaciones, con una constante sensación de pesadez y nada aliviada, por otra parte, por el trazado de la carrera, que es feo, feo, feo. Conseguí mantener un ritmo constante que coincidió, en muchos momentos de la carrera, con el de otros corredores.

Gracias, además, al relevo tácito que nos pasamos un compañero triatleta y yo, éste hubo de forzar en las cuestas arriba, en las que yo suelo tirar bien; y él me obligó a no relajarme en las cuestas abajo, en las que tuve que aumentar la frecuencia de zancada.
En la última vuelta a la pista, que conducía a la meta, pude dejarle para aumentar el ritmo de carrera. Sin embargo, un corpulento atleta del Capol me pasó de forma fulminante en la curva del 300 ¡arrrrrrggg!, aunque bravo por él, vaya.

A la llegada a meta, además, puse fin a los problemas gástricos que arrastré durante la segunda parte de la carrera; mmmmmm…yeah.
Mi padre, además, me ayudo a comprender que, pese a las malísimas sensaciones que yo señalaba, la carrera había ido muy bien, pues de entre más de 1.100 corredores llegué en el puesto 14º; 5º senior a la postre. Si me dicen, además, que corrí a 3,31 no me lo creo… esto del cuerpo, del atletismo, de las sensaciones y de las contradicciones, que me lo expliquen. Imploro.
Vídeo de llegada AQUÍ

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