miércoles, 18 de enero de 2017

Donosti, Valencia, Barcelona. Destino VALLEKAS

Después de haber cerrado 2016 me gustaría hacer balance de estos últimos tres meses, si bien nuestras temporadas no entienden de años naturales :) Un primer ciclo en el que he conocido nuevas carreras a lo largo de la geografía española vestido, un año más, con los colores del CAT Alcorcón.

En el mes de octubre tocaba remachar y acentuar todo el trabajo de fuerza propio de pretemporada. A los circuitos oberón y a las cuestas se sumaron dos pruebas cortas de campo a través. El 8 octubre disputé el último y el único de los crosses que no había disputado del mítico y entrañable para muchos, Circuito Madrileño de Cross Universitario.

A pesar de haber disputado tres campeonatos de España de la modalidad y haber corrido casi todas sus pruebas, nunca había estado en el campus de la Francisco de Vitoria en Pozuelo de Alarcón. Aunque feo y destartalado, me permitió compartir varios momentos con viejos amigos de nuestro mundillo.  Eso sí, con sensaciones de llevar el corazón en la boca ¡!.

Unos días después, me animé a participar en el Cross del Pilar que organiza la Agrupación Deportiva Sprint en el accidentado parque del barrio madrileño del mismo nombre. Aunque con mejores sensaciones que unos días antes, acusé los ritmos propios de la competición en tan tempranas fechas del calendario. Una auténtica jornada de cross con lluvia, frío y el correspondiente desayuno de campeones posterior.

Llegado el mes de noviembre, se plantearon varias escapadas que me permitieron tomar parte en varias pruebas míticas del calendario nacional, eso sí, sin ningún objetivo ya que en el undécimo mes del año el cuerpo todavía está empezando a trabajar y no hay entrenos de calidad detrás.

El segundo fin de semana de noviembre subí a Donosti para disputar la aclamada Behobia (20km) en compañía de mi buen amigo Héctor. San Sebastián enamora a cualquiera, incluso cuando la ciudad está infestada de corredores (demasiados, para la capacidad real de la ciudad). Para llegar a la salida es necesario acudir con bastante tiempo de antelación para desplazarse en tren y depositar la mochila en el guardarropa que hay en Behobia, junto a la frontera con Francia.

No obstante, la salida está bien organizada y no hubo sustos de última hora de esos que tan neurótico le ponen a uno en la misma mañana de la competición. Unos minutos antes de la salida , donde también se encontraban Carles Castillejo (vencedor a la postre) o Martin Fiz (localísimo mito), la organización le brindó un homenaje en forma de vídeo a la persona que falleció el pasado año mientras disputaba la carrera. Una imagen, la de ver a sus amigos abrazados frente a la pantalla, que a mí personalmente me dejó un poco descompuesto.

Mi opinión global de la carrera es positiva pero no es tan desmedida en elogios como la que habitualmente suelo escuchar. Es una prueba de 20km que transcurre, en su mayoría, sobre asfalto de vías interurbanas.

Es cierto que va coronando distintos hitos -como el paso por Irún-, donde la animación es especialmente ruidosa (algo que todos agradecemos), pero se me hacen algo aburridas las competiciones que transitan por carreteras para coches en lugares en medio de la nada.
Es cierto que la frondosidad del paisaje cantábrico colorea y embellece el camino, pero me recordó la sensación  interminente de tedio de la VigBay. Creo que definitivamente me quedo bien con las carreras que atraviesan el corazón de la ciudad, bien con el campo a través, pero las cosas a medias me parecen un poco rollo :S

En cualquier caso, la llegada a Donosti es muy especial. Terminé en 1h13 a una media de 3:40, lo que en el mes de noviembre supuso un buen resultado a la vista de la accidentada orografía de la prueba.  El "después" de la carrera vino rodado con bollos de chocolate (mi clásico) y pintxos;  ¡como no podría haber sido de otra manera!

Justo una semana después, y dado que otros años lo había tenido imposible para acudir, fui hasta Valencia para correr su 10km. En frío, debo admitir que fue un error porque muscularmente no me había recuperado de la Behobia, celebrada siete días antes. Corrí de forma muy muy incómoda y con la sensación de haber competido muy mermado.

Una lástima, ya que es un circuito muy plano donde poder hacer muy buena marca. En este sentido, debería haber aprendido la lección de enero de 2015, cuando disputé el autonómico de cross después del Cto de España de Media en Santa Pola y también sufrí muchísimo (espero que no caer en este error por tercera vez). 

La parte buena de esta escapada fue verme salpicado por la euforia de la maratón. Me pareció muy notable la implicación de la ciudad (que no conocía hasta la fecha) y sus vecinos con la carrera, y celebro que una localidad española albergue una prueba de maratón con estándares de calidad tan altos. Mi tiempo, de 34:21, pasará a mi historia personal como un resultado sin pena ni gloria.

El mes de noviembre, tan prolífico en carreras en nuestro calendario, acoge también una prueba mítica y, de hecho, la más antigua de nuestro país en la modalidad de ruta. La famosa Jean Bouin de Barcelona. Es, de estas tres últimas , la que más ganas tenía de conocer. Al fin y al cabo, los seguidores del atletismo llevamos años escuchando y leyendo las noticias en torno a la prueba internacional, donde es necesario acreditar una marca inferior a 35 min en 10km en hombres.

Pese a poder acreditar la mínima, no encontrarme aún en plena forma me disuadía mucho de competir con los mejores (apenas un a treintena cada año en línea de salida) y no poder dar lo mejor de mí. Así que decidí correr por segunda vez por las calles de Barcelona tras la Cursa Bombers (WE RUN BCN) de junio de 2015.

Pese a que la segunda mitad de la carrera, sobre todo a partir del km 7, pica mucho hacia arriba, me encontré muy bien en estos tres últimos kilómetros, adelantando a varios corredores y finalizando en 34:21 con buenas sensaciones en "las patas".

Y el mes de diciembre llegó con dos citas clásicas de mi agenda. El Cross de los Poetas, donde acusé mis continuadas molestias este año en el psoas (parece que campo a través y psoas son antagónicos) y donde conseguí un 5º puesto sobre su clásico circuito de tres vueltas de 2km en la Dehesa de la Villa; y por otra parte la San Silvestre Vallecana Internacional, sobre la que ya he expresado en muchas ocasiones por qué es tan ESPECIAL. Este año tuve tiempo de rescatar algunas imágenes de vídeo de algunas participaciones pasadas en un pequeño vídeo.

Psicológicamente fue una edición en la que:
-Uno, me enfrentaba, como es tradicional, a la incógnita sobre mi estado de forma
-Dos, no sufrí tanto como otros años y no se me hizo "larga"
-Tres, me faltaron ganas de sufrir un pelín más. Analizando los parciales, en la parte que más segundos perdí fue bajando desde Atocha en dirección Puente de Vallecas, un dato que a priori no tiene mucho sentido.

Por tanto, considero que me faltó un plus de ambición.  No obstante, logré llegar a meta en 33 minutos (33:32), como recoge este vídeo :)

La Vallecana sigue siendo la única prueba que disputo desde que comencé a correr. Y ya van once ediciones:
201633:32
201533:01
201433:11
201333:05
201232:56🔼MM
201133:22
201034:03
200935:58
200835:27
200735:46 SSP
200635:48 SSP



Enero se presenta con grandes incógnitas. Espero desvelarlas muy pronto :)

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