El pasado finde viajé hasta Vigo para correr la primera media maratón de la temporada. Nunca
había estado en Galicia y éste fue uno de los principales alicientes para
correr allí. Además, me atrajo mucho el concepto que de esta carrera se ha elaborado.
Un nombre propio con personalidad, la singularidad de unir dos poblaciones a
través de una carretera que serpentea la costa, y un producto de calidad en un mercado no tan saturado como
el madrileño. Así, la Vig Bay es la media maratón más importante de Galicia
y reúne a más de 4.000 corredores.
Las molestias en el
psoas que me dejó Laredo fueron desapareciendo y me permitieron correr perfectamente el domingo -aunque han vuelto a aparecer-. Tras haber
pasado un día paseando por Vigo (¿quién dijo que Madrid tiene un relieve
abrupto?), el domingo madrugamos para llegar a la playa en Samil, a 6km del centro -punto negativo, sin duda, si no tienes coche-. Caras completamente desconocidas en la salida sin incluir la de mi compi de aventuras Dani Branson, que prepara la Madrid Rock"n"Roll Madrid Marathon, yeah!.
La carrera da comienzo y voy sobrado, con cuidado, aprehendiendo la lección de Cartagena de 2011 -además esta vez no fui a hotel con spa y
desayuno buffet sino a hostal con revelador nombre “El Ancla Dorada” (…)-.
Antes de llegar al km5 y después del
baile de los primeros kilómetros, ya se ha formado un numeroso grupo de 9
atletas y ahí me subo yo también-.
Comienzan las cuestas y el cuerpo responde adecuadamente.
Ahora bien, noto que sudo bastante, cuando no es frecuente en mí -hacía unos 16C-. Los kilómetros siguen
pasando y llegamos al km 10 en 35:09,
idéntico paso al de Gijón el pasado año.
Poco después, y sin pensarlo, con el
inicio de la zona favorable del recorrido decido tirar solo y avanzo 3km en
solitario, pero al no tener referencias cercanas por delante, mi antiguo grupo
me vuelve a coger -ups, hola de nuevo-, aunque con menos unidades.
Ahora
sé que no puedo desengancharme de ellos, son muy constantes y me llevarán a meta
con todas las garantías-.
A pesar de lo bonito del paisaje -que queda siempre a mano derecha-, la carretera se hace larga y apenas hay animación- Esto último cambia en los últimos kilómetros de la competición según nos vamos acercando a Bayona.
A pesar de lo bonito del paisaje -que queda siempre a mano derecha-, la carretera se hace larga y apenas hay animación- Esto último cambia en los últimos kilómetros de la competición según nos vamos acercando a Bayona.
Sigo notando que corro “suficientemente cómodo” a pesar de no poder ir más rápido; creo que mi cuerpo se ha habituado al ritmo pero aunque no he pinchado, no puedo ir a más, ese es mi límite hoy… extraña sensación ¿será esto lo propio de la larga distancia? ¿será que no estoy acostumbrado? ¿o ambas a la vez?.
A falta de 3km la gente del grupo se retuerce y acelera,
cada uno como puede, para afrontar los dos últimos kilómetros que se dilatan
hasta el infinito en mi cabeza y qué recorreré solo para llegar finalmente en
una marca que me deja un cuerpo algo “raro” y que no sé saborear en ese
momento.
Veamos qué lecturas podemos extraer con estas sensaciones
algo destempladas:
>>1:14:09, 28º Gral. Es una
MMP-Mejor marca personal, recortando casi 50 segundos el resultado de Gijón -01:14:57-. A diferencia de Gijón, con un perfil fácil, la Vig-Bay tiene una
dificultad media, media-baja.
>>No he penado. La cautela
inicial me ha servido para no pinchar y ser extrañamente regular. A falta
de un reloj Garmin, rescato aquí que los promedios se han clavado en 3:30,3:31
durante toda la carrera y así, en la segunda mitad, sólo he perdido 19
segundillos-
>>Sin embargo, esperaba
rendir un pelín más. De haberlo imaginado en octubre hubiera dado saltos (¡!), pero ya una vez metido “mentalmente en
harina”, en pleno mes de marzo y en la línea de los resultados previos, esperaba
ese poquito más de fuelle.
+Aquí se puede ver mi llegada a meta
+Aquí están disponibles las clasificaciones
La persona que diseña mi preparación asegura que el
entrenamiento que sigo para 10km y media es muy parecido, pero es evidente que soy
un recién llegado a la distancia y que no sé desenvolverme aún.