viernes, 23 de mayo de 2014

BERLIN: parte de guerra

Veni, vidi. Berlín. Seis letras que de seguido retumbaron en mi cabeza durante meses. Su capacidad para evocar pensamientos es ilimitada y simplemente excitante. En este rincón abordaré principalmente uno de ellos aunque indisolublemente unido a todas las demás. Hablemos de correr.

A principios de enero y en pleno invierno llegué a la capital alemana para comenzar mi fase I como becario del ICEX en la Oficina Económica y Comercial de España. 

Berlín se encuentra en el epicentro de la conocida como Gran Llanura Europea, un vasto territorio que se extiende desde Bélgica hasta Polonia y en el que la elevación queda entre los 0 y los 200 m de altitud. No hay relieve, ni montañas, ni alegría.  

En este punto, cobra sentido una de las verdades universales que rigen nuestro particular mundo. Todos lo sabemos. Berlín es muchas cosas, pero además es la ciudad del maratón. Es la urbe más rápida del planeta para correr la distancia que los humanos contemplan como la prueba reina de la larga distancia. Y no es de extrañar. Aquí comienza mi historia.

Berlín me recibió casi a oscuras. Tras varios meses de sol y de mañana, me vi obligado en las primeras semanas a explorar la ciudad de forma nocturna, con la tensión de memorizar cada rótulo y cada para poder retomar el camino de vuelta a casa. Además, la escasa visibilidad desde antes de las 5 de la tarde no me facilitaba poder identificar el tipo de suelo que pisaba. Unas primeras semanas, en definitiva, nada agradecida.

La segunda semana trajo un frío más intenso, y también llegó el momento de ir asumiendo una de las características -y claro defecto- de la ciudad. Cuando sales a entrenar, más del 50% del terreno es asfalto. Incluso muchos parques están asfaltados. Sí, una tragedia en mayúsculas para un corredor que se recrea en sus manías y que habitualmente corre por zonas verdes con bastante relieve. Ok, de haber nacido aquí no sabría lo que es un cross. 

Con la temperatura en negativo llegó, irremediablemente, la nieve. Es decir, a la oscuridad se sumó el frío y el miedo a resbalar sobre la nieve. Pero ante el buen tiempo no quedó otra que poner buena cara: la nieve se convirtió en un aliado para combatir la dureza del asfalto: así, y desde el portal de mi edificio, podía llegar a los parques sobre una mullida alfombra blanca. Los efectos colaterales de esto fueron, por un lado, la prolongación de un constipado aberrante que sólo logré aniquilar cumplido el primes mes aquí; y ciertas limitaciones a la hora de entrenar ya que sobre la nieve se antoja imposible coger mucha velocidad.

Hubo ciertos días en que llegamos a rozar los -13C y en los que uno se plantea si es necesario hacer esto. Pero afortunadamente las temperaturas subieron y volver a ver 0C en el termómetro fue una auténtica fiesta, aunque durante los días siguientes correr tampoco fue fácil por el plus de peligrosidad que implica el deshielo y, en algunos sitios, el barro.

Y con esas llegó la primera carrera en Berlín. Sobra decir aquí que cualquier carrera en la ciudad es eminentemente llana -¡no es nada fácil encontrar lugares para hacer "cuestas"!. Corrí los 10km de Plänterwaldlauf en el parque del mismo nombre, en el sureste de la ciudad. Una carrera bastante concurrida por ser una de las primeras del año ya que, a pesar de celebrarse a principios de febrero, en estas fechas y debido al clima los alemanes apenas organizan este tipo de eventos al aire libre.

Allí conocí a Andrés, otro aguerrido corredor invernal que también entrena aquí pese al frío y que quedó, a la postre, entre los 10 primeros clasificados. Sin embargo, y en el transcurso de la carrera, me comí 10.000 metros yo solito con la incomodidad añadida de las mallas largas y el cortavientos. Por todo esto la carrera no fue excesivamente divertida, pero para mi sorpresa, y cuando terminábamos de enfriar tras la carrera, me llamaron para subir al podio -como se celebraba simultáneamente con otras distancias y había más de dos corredores delante de mí en carrera no lo pude calcular-. En definitiva, el broche a la jornada con el que celebrar, también, mi primer mes en Berlín.
  
Los días se fueron haciendo más largos  y las temperaturas más agradables. Siempre escuché hablar de Tiergarten como nuestro “Retiro” Madrileño o como el Central Park de NY. Pero Tiergarten (“el jardín de los animales”) es ahora mi segunda casa. Tiene un perímetro de aproximadamente 6km y un intrincado nudo de caminos de tierra y asfalto por el que deambulan corredores, ciudadanos en bici, paseantes, conejos y hasta zorros.

En marzo llegó la segunda carrera, Lauf im Britzer Garten, que sobre una distancia de algo menos de 10km (calculo que 9.750m), corrí en 33:14, un resultado muy satisfactorio, también, por el sexto puesto alcanzado. Se trataba, además, de la primera carrera puntuable para la Copa de Berlín -Berlin Läufercup-, un torneo anual que aglutina algunas de las pruebas en ruta más importantes de la ciudad y en la que espero sumar el máximo de puntos posibles en este 2014. Mucho nivel por arriba; pero erróneamente planeada al excederme en la primera parte de la prueba (y pagándolo consecuentemente en la segunda)

La interminable lista de cosas que hacer en Berlin; las escapadas de fin de semana; las clases de alemán; o las visitas de amigos y familia no me permiten, en definitiva, encontrar una rutina habitual de entrenamientos similar, al menos, a la que tengo en Madrid. No obstante, y pese a no preparar específicamente un objetivo, mi motivación ahora se mantiene intacta ante la abundante variedad de pruebas y competiciones en el calendario. Cada carrera supone un lugar nuevo que conocer, una aventura diferente, y caras inéditas con las que compartir kilómetros. En pocas palabras, procuro mantener un nivel de forma aceptable pero por ahora no puedo ni contemplo afinar para una cita concreta. Correr ahora es secundario :)

En el mes de abril retomé la senda de las competiciones y fue de lo más ilusionante.
La primera de las tres carreras fue la Pankower Frühlingslauf (carrera de primavera) , sobre un recorrido de 12,5 km y sobre tierra. El planteamiento de esta fue eminentemente táctico: encabecé la carrera con otros dos corredores a un ritmo cómodo de 3:40 y a partir del km 7,5 decidí incrementarlo para comprobar si los otros me seguían. Sólo lo hizo uno de ellos, Gerrit Wegener, que se puso a mi espalda y que a falta de 1,5km para meta atacó con todo y que me aventajó finalmente  en 10 segundos. Un segundo puesto bien luchado y 20 puntitos más para el Rk del circuito de carreras.

Una semana después y coincidiendo con el domingo de Pascua disputé la Wartenberg Osterlauf (carrera de semana santa) en el este de la ciudad, De nuevo esa distancia algo extraña de 12,5km y en esa ocasión menos participantes. Pronto localicé al rival más fuerte, un chaval desgarbado de aproximadamente 1,85m de alto, de proporciones atléticas y con camiseta de club. Me puse a su espalda y fácilmente recorrimos juntos la mitad de la prueba. Sin embargo percibí que su ritmo iba diminuendo y decidí subir una marcha. Y así fue como poco a poco me fui distanciando por delante y afianzando ese primer puesto que saboreé muy especialmente en los metros finales, sobre una pista de atletismo y con todo lo calurosa que puede ser la ovación de los alemanes que allí estaban. Ahora bien, el speaker se portó en esos últimos 100m anunciando también que había logrado mejorar la mejor marca en esa prueba… ¿yo??? "Einen phantastischen neuen Streckenrekord in 43:06 durch unseren spanichen Gast Miguel Garcia aus Madrid." Lo que se tradujo en un más que generoso agasajo cuando más tarde subí al podio.


Y la última prueba en la que he tomado parte ha sido tal vez la más especial de todas. Se trata de la RBB Lauf Postdamer Eindrittelmarathon, que se celebra en esta bonita ciudad, a escasos kilómetros de Berlín y considerada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Patrocinada y organizada por la TV de Berlín, es, por decirlo así, una carrera mediática, masiva (2000 participantes) y con cierta trayectoria.

Pues bien, el circuito de 15km discurre tanto como por el Postdam de postal como por el Potsdam de extrarradio, pero siendo siempre eminente mente llano.  Pasados los primeros kilómetros y una vez hecha una selección natural de cinco corredores, la carrera es amenizada por orquestas de música y equipos de animadoras en alguno de los puntos más céntricos de la ciudad. Pero pasado el ecuador de la prueba llega la hora de la verdad: aquí nadie se atreve a tirar y nos estamos amodorrando yéndonos de 3:25 a 3:35 en esta parte de carrera. Soy yo el que me animo a imponer un ritmo más alegre y al paso por el km 10, que marcamos en algo menos de 34min ya por fin sólo quedamos 3. Pero templo los nervios y me digo que queda mucha carrera. Uno de mis dos compañeros de viaje se ha venido arriba de repente y empieza tirar con seguridad y con convicción. Pero en lugar de venirme abajo me digo que esto me va a venir bien para que alguien me lleve a meta cuanto antes!. Durante esos kilómetros finales a 3:25 noto que las patas ya van avisando de que muscularmente están sufriendo, pero soy el tercero en discordia y no me quiero despegar del culo de los dos alemanes, que miran mucho hacia atrás para comprobar si me quedo. A unas malas seré el tercero pero hay que aguantar como sea.

Kilómetro 14.5. Se escuchan los altavoces de la meta. El cansancio y los nervios nublan la mente y, cuando el alemán que tiraba tiene aún otro cambio y se va, pienso que me tengo que ir a morir tras él aunque no logre alcanzarle pero con el fin de disuadir al tercero de seguirme. Sufrimiento en mayúsculas en los preciosos metros finales, con cientos de persona animando sobre el puente Glienicker Brücke, símbolo no sólo ciudad  sino también de la Guerra fría, pues durante décadas separaba las dos Alemanias y los dos grandes regímenes mundiales. Finalmente y sin amenazas desde atrás levanto los brazos para celebrar un segundo puesto que me hace muchísima ilusión. Además, el tiempo final de 46:56 arroja un ritmo medio cercano a los 3:20 y poco, con lo que quedo muy muy satisfecho.




..el objetivo sigue siendo disfrutar pero, me ronda la idea de intentarlo con una media hummm
 ¡Seguiremos informando! :)

viernes, 3 de enero de 2014

Pongamos que hablo de Vallecas

Me colma de alegría poder dejar constancia, un año más, de mi San Silvestre Vallecana Internacional. La carrera por la que entreno y la de mis sueños. Sobran los paliativos. El año pasado relaté mi aventura con tanta vehemencia que me temo que el listón está muy alto, pero cada año los matices cambian.

Lo que no cambia es el ritual de dejar mi casa en Vallecas para poner rumbo al Bernabeu con mi padre pero no sin antes recibir a los primeros valientes de la Popular cuando llegan a Puente de Vallecas. Otro año más animé a Juanqui y más tarde a Álvaro, ¡ambos con sendas marcas personales a la postre!.

Este año no pude calentar con mi amigo Héctor alrededor del Bernabeu, pero siete años después desde la última vez, me acompañó Alfonso en su regreso a la mejor carrera del mundo. También pude desearle una buena carrera a Antonio en su primera vez; y además pude repasar el planteamiento de la carrera con mi entrenador Jaime aunque, como me recordaba mi padre, en esta carrera sólo sé correr con el corazón y mi estrategia es, simplemente, correr sin ella.


Con Alfonso
Tantas caras conocidas durante el calentamiento... ¡estamos casi todos!. Por primera vez la organización me ha entregado un dorsal (no entiendo por qué en estos años anteriores no) que me permite acceder al cajón subélite, que me resta estreses añadidos al poder situarme después en la primera fila de la línea de salida una vez ya estamos con los élite ¡por fin y después de tantos años no hay nadie delante!. En esta cuenta atrás es tanta la emoción que me embriaga que pienso que, mientras pueda, siempre intentaré estar aquí.

Se da la salida y tengo todo mi camino despejado hasta el final de Concha Espina. En los primeros compases visualizo a Jaime, que sugiere pegarse a Jessica Augusto tal y como habíamos previsto.Así lo hago y recuerdo con cariño aquella vallecana de 2009, cuando Álvarito me dedicó esta imagen en las redes sociales. Cosas de frikis del atletismo :)

Prodigioso y elaborado trabajo de Paint (...) ji. Con foto de 2007
Sin embargo, y a la altura de Colón, se ha formado un grupo en el que me dan algún codazo que otro y el grupo se estira, separándome de esta dama del fondo europeo. Me encuentro muy bien muscularmente y de respiración así que no le doy importancia. Alcalá, Cibeles, Atocha. En este rato he adelantado a Ignacio Laguna y me han pasado Infiestas y Pytu. Se termina el repecho de Atocha y ahora sí, pienso, llega lo mejor. Compruebo que los de delante siempre me sacan la misma distancia y bajo tranquilo mientras los corredores nos damos el gustazo de recibir ese baño de masas. ¡¡Joder, si hay alguna otra carrera en el mundo donde hagan lo mismo que me lo digan!! >> http://www.youtube.com/watch?v=GE1Ng_4cZgg

Llegamos a Puente de Vallecas, ¡a casa!, y Scherezade como c-a-d-a año me anima (¡este año corrió por primera vez la popular!). La música está a toda pastilla bajo el puente y si no estuviera corriendo a 3.13 tendría tiempo de dejar asomar alguna lágrima. ¡VAAAAMOOOS! giramos a la derecha y ahora sí, la Vallecana nos recibe con Monte Igueldo, la subida interminable. Estoy tan "pletórico" que tiro muy bien hacia arriba y me despego de todos los que estaban a mi espalda; no me puedo creer que esto sea tan fácil. El dolor va llegando pero queda muy poco de subida... lengua fuera y miles de aplausos en nuestro honor.

No me "duermo" y ahora que ya no hay cuestas trato de aumentar la frecuencia para no acomodarme y recuperarme; ya tengo el corazón en la boca y del pedo mental que llevo siempre en este momento y en este punto de la carrera, no sé bien cuánto queda en realidad... ¡Ah, sí! casi volvemos a ver la Albufera al fondo, ¡ahora toca las curvas y los zigs zags del final! aquí por fin están las caras amigas de Guille y Álvaro (G-R-A-C-I-A-S) cuyos gritos me ponen la piel de gallina y las de mi padre y Miguel. ¡Sólo queda medio kilómetro!.  bajamos Payaso Fofó y ahora sí, ¡último repecho! y otro año más, los gritos del gran Ramón García de los Huertos y de Míguel. Desde el Puente de Vallecas no me ha pasado nadie y tampoco lo van a hacer ahora, ya poco importan las curvas del campo de fútbol (y lo que te frenan) ni, valga la pena subrayarlo, la mierda de piso/terreno inestable de alfombra sobre la que apenas se puede esprintar... pero bendita mierda. En la última recta el marcador aún corre en 32 minutos, pero cuando cruzo la meta el reloj señala 33'04" (min.5:39 del vídeo) >> http://www.youtube.com/watch?v=cfNBkWSrZfo

Con toda sinceridad, admito que este era el resultado que buscaba pero que no imaginaba conseguir, por lo que esta vez  no correr en 32 min. no me deja un sabor agridulce como ocurrirera con Grao-Castellón y sus 33'01". Al revés, a partir de ahora ya tengo la certidumbre de que estoy en mis tiempos y de que lo mejor queda por venir. Todo obedecía a un plan y es que la noche de 31D pudiera brillar. Tras esta carrera, ¿qué más puedo pedir?.

Con mi compi Luismi

Con Jaime

Consigo el  puesto 70º absoluto y 65º masculino; y mi segunda mejor San Silvestre Vallecana:

 1.  SSVI 2012 32:56
 2.  SSVI 2013  33:04 
 3.  SSVI 2011 33:22
 4.  SSVI 2010 34:03
 5.  SSVI 2008 35:28
 6.  SSVP 2006 35:47
 7.  SSVP 2007 35:48
 8.  SSVI 2009 36:01

Y mi CUARTO mejor 10km de siempre:

 1. LAREDO 2012 32:46
 2. SSVI 2012 32:56
 3. COSTA AZAHAR-Grao Castellón 2013 33:01 
 4. SSVI 2013 33:04 
 5. SSVI 2011 >33:22
 6. Agua 2013 33:37
 7. Agua 2011 >33:51
 8. Canillejas 2010 >33:56
 9. SSVI 2010 >34:03
 10. Canillejas 2013 34:12

A pesar de mis 80 días de vacaciones estivales sin correr, estamos de vuelta, y aunque nos esperen casi tres meses más de invierno, ya estoy buscando el "Laredo" alemán. Comienza otra aventura pero termino esta con la felicidad de haber hecho bien el trabajo y de haber compartido la noche más especial del año con las personas que quiero.



FELIZ AÑO a todos :)

martes, 17 de diciembre de 2013

Cross: ¡corto, medio y largo!

En las tres últimas semanas he participado en tres pruebas de cross con distancias variadas y para todos los gustos.

 > III Cto. de Madrid de Cross por Relevos (3,5 km)  

Tenía bastante curiosidad por probar esta modalidad que la Federación madrileña puso en marcha hace dos años. Siempre me llamó la atención aquello de poder participar en una Ekiden, pero tras unos pocos años en que se celebró en Madrid, pasó a desaparecer del calendario.

Mi compañero de club Luismi Peláez aceptó gustoso el reto y de esta forma volví por tercera vez al parque de La Manguilla de El Escorial, donde viene celebrándose el regional de cross en los últimos dos años y donde siempre he tenido la suerte de acabar sastisfecho con mi actuación.
Frente a los 10km de ese campeonato, en este cada corredor debe cubrir 3,5 km para completar un total de 7km. Existe una zona de transición de unos 40-50m en la que el primer corredor le cede el testigo (una pulsera de goma) al segundo. Elegí hacer la primera posta, que implica sortear el enorme barullo del primer kilómetro de un cross muy corto, donde todos los atletas salen desbocados e intentan ir hacia delante por cualquier hueco; pero también debilita la responsabilidad que supone luchar por una posición en los metros finales.

En la zona de transferencia del relevo, al paso por mi primera vuelta

Fueron dos vueltas de gran agonía en las que no me encontré del todo mal pero en las que hacen mucho daño los 4 puntos de cada vuelta en los que hay giros de 180º donde te quedas prácticamente parado.  En resumen, corrí a una media de 3:25 y mi compañero pudo arrancar su carrera con un grupo de cuatro unidades con los que yo también cerraba mi participación. Después, cabe decir que corrió especialmente bien y terminaría el primero de todos ellos, logrando una fabulosa cuarta posición conjunta que valoro muy positivamente: los ganadores de las tres ediciones hasta la fecha han sido corredores de la talla de Pablo Vega, Luismi M. Berlanas o Javier Ramírez de Arellano.

Un entrenamiento a la espalda, por tanto, nada despreciable, y que me muestra como una distancia tan corta me “iguala” a los demás y me pone muy por detrás de los más “mediofondistas”, no pudiendo amortizar los kms que me hacen más “fondista”.


  • Este vídeo recoge algunos de los momentos de la competición. 
  • La clasificación, aquí


 > XLII Cross Nacional de Cantimpalos (10 km)  

Segunda parada en Cantimpalos, Segovia. Frente a los 3,5km de la semana anterior, en esta estaba mentalizado para "sufrir" en un cross largo. No soy muy amigo de esta distancia en la modalidad de campo a través porque no he logrado cogerle el "tranquillo", tarea harto complicada ante la heterogeneidad de las pruebas de cross. Sin embargo, y que me perdonen los más devotos, celebré las óptimas condiciones climatológicas de ese día, pues el sol me permitió correr en manga corta y la ausencia del viento -muy puñetero, por lo visto, en esas latitudes- favorecieron mis sensaciones en carrera.

Primera vuelta del circuito
Hasta allí fui con mi compañero Alfonso Menasalvas, que me puso al corriente de cada detalle del circuito. A diferencia de la inmensa mayoría de corredores,  decidí no ponerme zapatillas de clavos porque llevo un último mes en el que gemelos y sóleos apenas me han dado tregua. En Cantimpalos no se dieron cita profesionales extranjeros, pero sí nacionales y una importante pleyade de atletas de primer nivel y semi-élites. También acudieron muchos corredores con un nivel que me atrevo a clasificar como "majete", un nivel medio alto en el que incluyo, por ejemplo, a mis compañeros de Alcorcón, o a los amigos del UDAT. Y como tales, fueron mi referencia en esta carrera.


Completando la tercera vuelta
Fui capaz de aguantar el ritmo que impuso el grupo "bueno" a seguir, entre los que estaban Luismi e Iñaki. Sin embargo, al paso por la última vuelta pensé que sería un suicidio aumentar el ritmo para seguirles, así que traté de aguantar como pude con la marcha que tenían mis piernas. Una lástima que no me quedaran fuerzas para cambiar a falta de apenas 600m, cuando me rebasaron Israel -de Coslada-, Fran, y a punto estuvo Leandro. Sin embargo, acabé satisfecho tras algunas aciagas actuaciones en crosses largos en la pasada temporada (Marina D´Or, Quintanar, Alcobendas). Además, considero buen indicador el tiempo en meta: 34´07" para 10 km bien medidos.

  • Finalmente entré en la quincuagésima posición 50/102 . Clasificación, aquí.
  • Vídeo de la llegada
  • Y una nueva prueba de campo a través de renombre en el calendario nacional, el mejor del mundo:


 > XXXI Cross de los Poetas (6 km)  

Por cuarto año consecutivo no falté a mi ineludible cita con el Cross de Invierno de los Poetas, que tiene lugar en la Dehesa de la Villa, una suerte de zona telúrica en el parque donde pasé incontables momentos durante mi infancia. 

A pesar de la amplia oferta de carreras del pasado fin de semana, muchos optaron por ir a la Dehesa a pesar de su auténtico circuito rompepiernas con sus cuestas y giros;de tal forma que la carrera senior  -que se celebra tras la de los veteranos-, gozó de un nivel que yo hasta ahora no había conocido. 


Durante los primeros compases de la carrera me coloqué adelante y allí fui bien arropado en un grupo de unos 15 miembros. Pero antes de finalizar la primera vuelta de tres y sobre el km 1,5, observo que los galgos de delante quieren correr aún más, por lo que decido no cebarme y encabezar el segundo grupo. Sin embargo, y tirando de experiencia, aprovecho el comienzo favorable de la segunda vuelta y decido "lanzarme" en las cuestas descendentes de tal forma que ya entonces logro distanciarme de los que hace un momento iban conmigo. -no estaré entre los tres primeros, pero el instinto competitivo hace que no me conforme con ir cómodo de la mano del grupo; quiero jugarme mi puesto y ganar esa simbólica medalla que gana el octavo incluido-. Ahora bien, me quedo en tierra de nadie. 

La segunda vuelta es de puras sensaciones, tratando de escuchar sólo a mi propio cuerpo pero consciente de que por atrás me observan de cerca. Al comienzo de la tercera vuelta ya observo a dos corredores por delante que no han podido con el ritmo que impuso la cabeza -Sergio Garde y César Ovalle-. Es entonces cuando hago un rápido cálculo "óptico" y me digo a mí mismo que es más fácil coger al sexto a que me alcancen mis perseguidores. Intento confiar en mí y voy recortando distancia hasta llegar a su lado. Sin embargo, y aunque quedan 500 metros, no he cambiado en el momento de sobrepasarle por lo que se pega a mi espalda y, pese a intentar incrementar el ritmo en el último repecho -donde es abrumadora la presencia del público-, se deshace de mí en los últimos 10 metros... ¡Al menos lo intenté!

                         

En resumen, 20'40" para casi 6km y a 3:32 km/min.
La clasificación -contiempos incorrectos-, aquí 

¿Y ahora? Ya sólo queda dar los últimos retoques de este ciclo de cuatro meses para intentar sacar lo mejor en mi carrera, la Vallecana Internacional...¡ya está aquí otra vez y no nos hemos enterado!


martes, 19 de noviembre de 2013

San Blas o mi particular triángulo de las Bermudas

Somos muchas cosas. Somos las suma de nuestras decisiones, somos lo que pensamos e incluso somos también lo que comemos. Y algunos somos, de vez en cuando, un compendio completo de paradojas.

Hay épocas en las que los horarios asfixiantes de oficina o las obligaciones del estudio nos alejan de las zapatillas, pero es entonces cuando más las echamos de menos y con más intensidad disfrutamos de cada zancada. Este suele ser el día a día de los aficionados al atletismo. Pues bien, por circunstancias personales, en este caso del todo halagüeñas, estoy disfrutando de unos meses de tranquilidad y que me confieren, y lo afirmo con orgullo, la sacrosanta condición de ni-ni. Así pues, puedo correr a la hora que me plazca y puedo descansar indefinidamente.

Sin embargo, y ante este oasis con fecha de caducidad, las expectativas sobre estas horas invertidas en el entrenamiento son elevadas y admiten pocas vacilaciones. Ante la feliz ausencia de otras preocupaciones, cada día me vuelvo a preguntar cuándo (!), por fin, comenzaré a sentirme bien al correr.

El domingo día 10 y tras cinco semanas en las que me centré en la preparación tras haber competido por última vez en la Carrera del Jurásico, en Asturias, me reencontré con el cross por primera vez en esta temporada.  Fue en el Cross de Suanzes, una prueba con tradición en el calendario madrileño y en la que nunca había participado. Esta prueba se celebra en uno de los recodos del parque de Arcentales y también es el Cto. de Madrid de Veteranos de Cross Corto. Acudí a la cita con ganas y optimismo pues, al fin y al cabo -pensaba-, ya tenía que ir saliendo a relucir el trabajo.


Si bien éramos medio centenar de corredores, el nivel por arriba fue especialmente alto. Me pegué al grupo de cabeza durante los dos primeros kilómetros -sobre los 6km del recorrido-, pero no pude aguantar su ritmo y hube de afrontar el resto de la prueba en solitario, sufriendo, extrañando a cada paso la forma de correr una prueba de campo a través, y fuera de la carrera tanto física como mentalmente. El promedio por kilómetro entre el primero y el último casi rozó los veinte segundos. En definitiva, un resultado nada alentador y una verdadera lástima, porque necesitaba un buen chute de moral en esos momentos.

Sufriendo en solitario. Foto de Juanqui
Pero no sólo hay sombras en esta crónica. Debo reconocer que el domingo me reencontré con el atletismo "de casa". Lejos del bombo y platillo de las masificadas carreras populares de chichinabo -que también frecuento de vez en cuando- esta prueba reúne a muchos de los atletas que llevan mucho tiempo estando ahí. Se dieron cita esos tíos de los que ignoro su nombre y nunca he saludado pero que no faltan a una refriega en Madrid. También estaba la persona con la que he entrenado más kilómetros hasta ahora. Acudió el tío que siempre fue el mejor de mi equipo para inspirame desde el primer momento. Corrió el chico de mi edad que, como yo, sigue al pie del cañón esperando ¿qué? imagino que "su momento", también. Y estaban también las nuevas caras y amistades, como la del chico que corre "de otra forma", afanado siempre en rubricar cada carrera como la gesta de un superhéroe y repartiendo buenas vibraciones. Un reparto coral muy muy valioso pese a ser sólo unos pocos en la cita.

Las clasificaciones, AQUÍ >> Pos. 8º/62
  
Una semana después, y sin abandonar el madrileño barrio de San Blas, me probé en Canillejas, una carrera a la que, admito, le tengo cierta manía por su monótono recorrido y la dureza del parque de Arcentales, donde no hay ningún tramo llano (como en toda la carrera).  Amada y odiada a partes desiguales, pues, me tuve que conformar con correrla tras quedarme sin dorsal para los 10km del maratón Divina Pastora de Valencia.


A posteriori y a bote pronto, puedo decir que he conseguido mi objetivo: observar síntomas de inviten al optimismo. Sin embargo,  hubo varios factores en mi contra:

-Con la lluvia y el día de perros, tardaron mucho tiempo en darme dorsal y entregar la mochila en el ropero  también me costó lo mío. ¿El resultado? sólo calenté 5 minutos.

-El pasado martes hice series sobre el tartán de la pista después de aproximadamente cinco años desde la última vez. Los sóleos seguían muy doloridos y tras la carrera esto ya es inenarrable. Urgía sesión de fisio.

-A falta casi de 800m, y cuando todavía podía haber rascado segundos, sentí un pinchazo en dos puntos distintos del abdomen y me dejaron prácticamente doblado. Esto, como siempre que ocurre, genera muchísima rabia porque además me pasaron 10 tíos y tenía el 33' en la mano! Arrrg!

Sea como fuere, me coloqué en segunda línea de salida, lo que me evitó problemas iniciales y me permitió marcar un primer kilómetro en 3’00”, comprensible por la prolongada bajada de este primer tramo. En los kms 2 y 3 me siento “cómodo” pese a remontar los metros que antes hemos bajado.  A partir del km 4 encuentro bastante fluidez en mi zancada pero el primer escollo a superar es la cuesta más pronunciada de Arcentales, donde me separo de un grupo que acaba de pasarme -el karma os lo devolverá-. 


Poco antes de acometer el primer repecho en Arcentales (km 4) siguiendo a Edu Callejo. Foto de Elena Benito
Llegamos al km 5 y esto del sube y baja ya es una realidad. Cuando corrí en 2010 me pasó exactamente lo mismo: sufro de lo lindo pero en la interminable recta del km 6 (en 3’40”)  intento ponerme detrás de un corredor de Valdemoro para que “me lleve” hasta el ansiado 7. Tardo en recomponerme y en acelerar la frecuencia de zancada pero ya estamos por fin en la bajada hacia Canillejas: en esta parte podré soportar un ritmo de 3’20”-3’22 hasta el final pero a costa del impacto de los doloridos sóleos contra el camino descendente de asfalto. Lástima que, a falta de 800m para la meta, sintiera ese pinchazo, porque moralmente también me hundió cuando me vi sobrepasado por un grupo muy numeroso de corredores. Paré el crono en 34'12".

La lectura positiva que hago es que, ahora sí, parece que vamos cogiendo ritmo (3'22"/km). Ya sé que es paradójico: odio vísceralmente ese parque, esas latitudes accidentadas e interminables donde también pené en mi abiertamente declarado último Trofeo Edward. A lo mejor me estoy castigando ahora que todavía no he acabado de encontrarme para recordar lo que es sufrir y poder disfrutar de lleno cuando llegue mi momento.

Las clasificaciones, AQUÍ. >> Pos. 50º/3.143

lunes, 30 de septiembre de 2013

Number or not number

Si ya de por sí las primeras 4-6 semanas de regreso al cole son duras, en esta cuarta semana, además, se ha añadido el lastre que supone tomar antibióticosSegún he podido leer, la responsable de este cansancio no es la ingesta de éstos, sino la enfermedad que, en origen, ha derivado en la prescripción médica de las pastillas.

El motivo radica en la extracción de las muelas de juicio. Durante el descanso veraniego me quitaron dos y hasta septiembre no he podido librarme de las dos restantes; todo ello con la finalidad de que no perturbe los entrenamientos en plena temporada. El caso es que ha habido días de entrenamiento a medio gas, cansancio e ingesta masiva de antiinflamatorios, pero finalmente he podido cumplir el plan correctamente. Un planificación marcada, por ahora, por el trabajo de fuerza de gimnasio, cuestas, circuitos etc. 

El sábado 14 participé con Héctor en La Melonera como toma de contacto con las carreras. A partir de la mitad de la carrera acusé el precoz esfuerzo de septiembre y la solanera de Madrid Río. Finalmente y para esos 10km aproximados marqué 35:52 en meta y puesto 18/1945. Un rimo lento aunque satisfactorio.


outfit veraniego "Martirio"
Pasadas dos semanas, este domingo he repetido una experiencia similar ya que la carrera de 10km de la AVT se celebra junto a mi casa y es un circuito exigente que seguro ha hecho las veces de buen entrenamiento. Curiosamente, una marea azul del C.A.P.O.L. -los atletas del cuerpo de policía nacional a los que resulta difícil ver juntos más allá del regional de cross-, asumieron todo el protagonismo durante la carrera y finalmente se hicieron con los puestos cabeceros tras hacer gala de un estado de forma realmente bueno, especialmente los tres primeros y entre los que se encontraba Abascal. 




En mi caso particular, a partir del kilómetro 3-4 no pude seguir el ritmo del segundo grupo "azul" y me tocó correr prácticamente solo el resto de la carrera, sufriendo en las cuestas y marcado parciales cada vez mayores a medida que se acercaba el kilómetro 10. Finalmente, detuve el reloj en un tiempo similar al de La Melonera, esto es, a 3:35 de media según mi garmin (35:47); 10º posición (Clasificación).

Así pues, esto todo lo que dan de sí mis piernas lejos aún de empezar a trabajar aún las series y la calidad; y esta es, en resumen, la situación actual de dilema en la que me encuentro: por una parte, no me gusta correr con un dorsal (number!) si no me encuentro fuerte; pero por otra, necesito algo de "vidilla" y alternar con los entrenamientos ahora que temporalmente tengo bastante tiempo libre. 


La próxima cita será en Asturias el próximo fin de semana en la Carrera del Jurásico :)


viernes, 13 de septiembre de 2013

Hemos vuelto

Pasaron 82 días desde la última vez que corrí hasta que, a mediados de agosto, comencé a rodar tres días a la semana. Y una vez ha llegado septiembre, ya estamos inmersos de nuevo en la planificación; esta vez he empezado a entrenar un poco antes que en otras ocasiones ya que mi descanso se inició el mismo día de la Carrera del Agua el pasado 26 de mayo.

Pese a lo convulso del año, en la pasada temporada logré mantener el nivel alcanzado en la anterior.  Hace justo un año tenía dos ambiciosos objetivos: clasificarme para el Cto. de España de cross de clubes y mejorar mi registro en 10 km. Felizmente conseguí el primero de ellos tras puntuar para mi equipo en el campeonato regional. Pero me quedé a las puertas de conseguir el segundo pese a reencontrarme con los 32 min en la Vallecana. Por tanto, esa es ahora mi meta central y diciembre, el mes elegido para intentarlo.

En el camino me encontraré con el cross, pero no será una prioridad, y menos aún lo serán las pruebas cuya distancia se aproximen a los 10km. El año pasado tuve varias malas experiencias al no rendir tan bien como esperaba en estos crosses largos; y por ahora me los tomaré, si llegan, como buenos entrenamientos.

En este momento estoy empezando a construir la base para los próximos meses, con mucho gimnasio, sesiones de fuerza, reencuentro con los kilómetros y nada de calidad. Además, voy a comenzar a cuidar algunos detalles que he descuidado hasta ahora y por ello me estoy iniciando con el pilates. Iré desgranando estos nuevos pasos próximamente. 

Sin embargo y pese a lo duro del regreso, este sábado me pasearé por la mítica Melonera para sufrir un poquito, hacer un entrenamiento diferente y rememorar la primera y última vez que participé. Fue en 2006, cuando comencé a practicar este deporte y tenía un hambre insaciable de todas las clásicas madrileñas: Elipa, Melonera, Edward; Canillejas, Canguro... pero sobre con todo ganas de seguir mejorando en cada nueva carrera.

Odriozola (!) haciéndome entrega del mítico canguro en el podío de mi categoría (2006)

Ahora más que nunca necesito recuperar ese espíritu e intentaré conseguir mi objetivo en 2013, antes de un posible cambio de ciclo.


¡Ahora o nunca! Tengo un reto

sábado, 1 de junio de 2013

Días malos


Lunes: descanso
Martes:  Realizo series de 800m en el parque y piso “mal” > dolor
Miércoles: descanso forzado
Jueves: descanso forzado.  Fisio: diagnostica sobrecarga en el gemelo exterior derecho
Viernes: Entrenamiento con cautela, con algunos ejercicios de chispa
Sábado: descanso
Domingo: CARRERA?

En resumen, viví una semana de dudas en la semana previa al gran día. Sin embargo, quise eliminar de un plumazo todos los fantasmas cuando dieron el pistoletazo de salida (segundos antes, se me puede apreciar en este vídeo)  Estaba tan descansado y tan focalizado en pensar que la supuestamente "curada" sobrecarga no iba a suponer gran obstáculo, que perdí la concentración y la sangre fría y salí a un ritmo endiablado en solitario… así creía encontrarme: estupendamente.

Normalmente, y al ser uno mismo quien también marca el ritmo de mis series, estoy acostumbrado a escuchar a mi cuerpo y seguir lo que dictan las sensaciones. Sin embargo, tantos pensamientos nublaron mi mente y me puse a correr como pollo sin cabeza. En el kilómtro 5, y a pesar de haber superado la parte más dura de la carrera, era ya cadáver.  Un poco antes de llegar a ese punto ya me había superado el grupo que debiera haber sido el mío, con Arturo  e Iñaki a la cabeza.


Bajar Bravo Murillo fue un valle de lágrimas y verme adelantado por cinco corredores en el último kilómetro, otro duro mazazo para mi moral. Llego a meta sin ganas de esprintar, petadísimo y con el gemelo avisando en caliente de que le estaba pidiendo ya demasiado.

Acabo muy decepcionado y enfadado conmigo mismo. Pienso en estos dos últimos meses, en el durísimo trabajo  y en la esperanza que albergaba de terminar la temporada con los brazos en alto. El tiempo, 33:39, me parece frustrante y la posición (15) me resulta indiferente.

:(

Clasificación, aquí

A partir de ahora, se acercan las últimas semanas duras del curso y con esta desazón me resulta muy duro seguir entrenando, aunque fuera para participar en alguna popular para aprovechar un estado de forma aunque distorsionado por las advertencias del gemelo. Tal vez sea de extremos, pero necesito descansar y hacer borrón y cuenta nueva. Al fin y al cabo, llevo desde el 10 de septiembre sin parar.

Acumulo ya una semana sin salir a correr. Tengo rabia, y si vuelvo, espero hacerlo con ella.