Esta es
la manida pregunta que te hacen un día 27 de abril aquellos que saben que
corres. Claro, soy tan versátil que intercalo la pértiga con los 100km. En mi caso, persona algo
neurótica, siempre respondo escandalizado -pero templado- con algo así como que el maratón son palabras mayores y que hay
que tenerle respeto…. ¡Ah! y que ya si eso a partir de los 30.
Respuestas comodín para preguntas previsibles, como cuando al poco de conocerte
te sorprenden con la de ¿y no te aburre
correr?. Sí, y tu capacidad para las relaciones interpersonales las
gestionas dabuti (fist!).
Otro
comentario que me pone negro es la de aindever qué delgao estás
(subráyese el gesto de reprobación). Sí, hay personas que no saben que, según qué persona, decirte esto es como
si a ellas les llamaras gordas: se trata de un “daño” colateral que en
determinados momentos o circunstancias puedes no sentirte especialmente cómodo
con él. Mejor, shut up.
A
propósito de esto, hace unos días leí unas palabras de George Sheenan, cardiólogo estadounidense y escritor de libros de running, que bien podría
servirnos a muchos como alegato en nuestra defensa:
“Pertenezco a la familia de
corredores de fondo, mis huesos son pequeños y mis piernas relativamente corta.
Mis músculos son fibrosos y poseo poca grasa en todo el cuerpo. Al igual que
mis congéneres, tiendo a ser un individuo solitario y más dado a la reflexión
que a la acción. Pero como debemos encontrar alguna acción y expresión física,
lo hacemos en el correr".
Suscribo cuanto esta mente
pre-clara señala en este párrafo y muy especialmente su reflexión acerca de la
personalidad de algunos de ellos o de nosotros mismos. Ectomorfos somos y en
los caminos …¡de tierra y polvo! nos encontraremos. Y no, este término no es un insulto ;)
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Los que corremos son eminentemente ectomorfos (izqda.) |
Pero volviendo al maratón de
Madrid, en ese fin de semana no suelen celebrarse carreras en ruta ya que el
Mapoma tradicionalmente ha tenido un enorme poder de convocatoria. Sin embargo,
y por fechas, me venía bien foguearme y correr con chispa en alguna carrerita
corta; y así di con la Carrera popular de Colmenar de Oreja, en la que además
la idea de que se celebrara por la tarde-noche -¡mi hora perfecta!- acabó por
convencerme.
Hasta allí fui con la familia
García Rodrigo. Y se puede decir que la cosa quedó entre unos pocos más. Pero
en esto de las auténticas carreras populares, a las que soy asiduo ya en estas
fechas de buen tiempo y supuesta relajación, nunca se puede vender el pescado
antes de cogerlo. Creo que no éramos ni 50 corredores entre los dos sexos, pero
vaya si me calenté, pues no desees pisar más allá de la línea que demarca el
feudo de los atleta locales que en determinadas zonas gobiernan.
En este caso, Ismael Mingo
Mingo, mediofondista de calidad y con 32min en 10km; y Carlos Hernández,
simplemente, un Menorca; parecen ser los señores de estas latitudes. Corrimos
de lo lindo a lo largo de las tres vueltas que rodeaban el casco urbano del
pueblo, siendo el punto neurálgico del recorrido el tendido o ruedo de la plaza
del pueblo, una versión minimalista del vecino Chinchón.
Pues bien, aguanté las dos
primeras vueltas con ambos, pero en la tercera Ismael decidió atacar, no
pudiendo seguirles durante la última vuelta aunque sin perder mi propia comba. El
balance final fue un tercer puesto absoluto aunque segundo senior, amén de llevarme hechos los deberes con una interesante sesión de calidad. Un poco más
detrás llegaba Álvaro, que acusó la intensidad de la corta distancia en una
época en la que no puede entrenar todo lo que le gustaría. La clasificación, Aquí.
Después vino el
frío, y tras la larga espera para recibir una copa de manos de las “damas” del
pueblo, llegó la mejor recompensa en la mejor compañía: un deleite llamado Jack
Daniels Glazed Ribs, mi plato estrella de Fridays… porque total, y ahora sí, los
de nuestra especie nos lo podemos permitir porque lo hemos escuchado por activa
y por pasiva y con cierto resquemor: ¡Sí, claro, TÚ lo quemas TODO!
¡Seguimos
pensando en el Agua!